miércoles, 30 de septiembre de 2009

La cultura árabe


La Cultura árabe

por Sofía Maaroufi*


Cuando hablamos de cultura árabe, hablamos de la historia de una tierra común a varios grupos al largo del tiempo, y que fue conquistada por los árabes.

Significado de la cultura

A cada sociedad corresponde una cultura. Así se sucedieron varias culturas que marcaron el tiempo (cultura romana, griega, helénica, india, faraónica, persa etc.). Del siglo VII al siglo XV, los árabes dominaron en todos los ámbitos (ciencias, filosofía, literatura). Durante estos ocho siglos, nunca fue puesta en duda la excelencia árabe. El origen etimológico de la palabra cultura en árabe es muy antigua. Significaba el arte de desarrollar el sentido de la lógica y el espíritu. Hoy en día, la cultura significa la elevación intelectual y social de los individuos y de las comunidades. A parte de representar el sincretismo de ideas, representa generalmente una ética del comportamiento y una moral que dictan el modo de vida de una sociedad. En resumen, la cultura es la síntesis de creencias, valores, idiomas, leyes, comportamientos y experiencias de una comunidad que le permite diferenciarse de otras.

Dos elementos fundamentales de la cultura arabo-islámica son la invariabilidades de sus fuentes absolutas y la abertura al cambio. Esta ultima se manifiesta en la riqueza y la diversidad de la actividad jurisprudencial musulmana. En este sentido, la expresión de « opinión diferente » es muy conocida de los musulmanes. La irreductibilidad de la cultura arabo-islámica está vinculada a la esencia del Islam que consiste tanto en la religión como en el modo de vida a adoptar. De este modo, el Islam se considera universal, completo, justo, realista, objetivo y diverso en la unidad[1].

La cultura arabo-islámica es muy diferente de los otros modelos culturales por su exclusividad. Por un lado, esta cultura tiene su origen en los valores del Islam que se encuentran en el Corán, el idioma árabe, y la jurisprudencia de los Ulemas (teólogos musulmanes). Por su parte, la cultura occidental está fundada en el pensamiento griego, las leyes romanas y el credo cristiano. Otro rasgo muy importante de la cultura árabo-islámica es el hecho de haber logrado el equilibro entre lo racional y lo espiritual.


Tradiciones y costumbres árabes

Teniendo claros los orígenes de la cultura arabo-islámica, hablaremos aquí de varios códigos culturales que caracterizan a los musulmanes de los países árabes. Obviamente se trata de patrones culturales generales que no se respetan en su totalidad, pero que reflejan la esencia de un mode de vida árabe.

El cuerpo.

La obsesión por la higiene corporal se remonta a tiempos mesopotánicos y egipcios donde se relacionaron las enfermedades con la suciedad. Se asocia la limpieza física con la pureza espiritual, como si la primera tuviera un efecto directo en el comportamiento. Así, a falta de agua limpia, se puede usar arena o piedras para lavarse. Como el agua no debe de tocar el cuerpo dos veces, las tinas casi no se usan y se privilegia la ducha simple. De este código cultural nacen los tradicionales hammams (saunas públicos) que se convirtieron en rituales familiares. De este modo, según el horario dividido por sexo, se juntan las personas para disfrutar de un sauna, exfoliación corporal y baño de aguas calientes (únicamente después de la limpieza completa). De esta misma manera, es una costumbre establecida la de ofrecer la posibilidad de lavar a un invitado. Hoy en día se propone al invitado que pase a ducharse sí lo desea, pero antiguamente era un ritual donde los anfitriones lavaban la cara, las manos y los pies del invitado. Es muy común en árabe referirse a los sanitarios como «la casa del agua» o «el lugar de descanso». La limpieza corporal se hace normalmente con la mano izquierda. Por esto solo se usa la mano derecha para comer.

Esta noción de limpieza corporal hace referencia a las abluciones, o purificaciones rituales que se ejecutan antes de un acto religioso. Como los musulmanes oran cinco veces al día, las abluciones son parte de lo cotidiano. Consistan en lavarse las manos, cabeza, boca y pies.

Las mujeres árabes dan una gran importancia a la estética y a los cuidados corporales. Para la depilación, preparan una masa hecha de azúcar y agua, y para perfumarse, usan agua de flor de naranja o agua de rosa (azahar). Los aceites de todo tipo son usados tanto por los hombres como por las mujeres para cuidar la piel. En Marruecos, se usa el aceite de argano para suavisar la piel después de bañarse.

El maquillaje femenino siempre fue tolerado en las sociedades islámicas y es además signo de minuciosidad. Las mujeres suelen delienarse los ojos con khol (polvo mineral mezclado con agua) y tatuarse con henna (hojas de una planta que deja un color rojo oscuro en la piel). En ocasiones especiales como una boda, las mujeres se reunen en una casa y se decoran las manos y los pies con diseños florales o tradicionales con henna. Tiene un significado de suerte y de felicidad. En este sentido, se tatúan también las manos y los pies los niños un día antes del ritual de la circuncisión como una forma de bendición.

En resumen, la estética y el higiene corporal se consideran como unos cumplidos hacia los otros. Es parte de la educción desde la infancia.


Convivencia.

La avaricia es el peor defecto para los árabes. En este sentido, suele no hablar de sus finanzas en público. Por otro lado, la generosidad es la virtud suprema. Dar lo mejor a sus invitados es natural, aun si implica privaciones. Podríamos decir que para los árabes, uno es rico por lo que da. Por ello, apegarse a los objetos es muy mal visto. En este sentido, no es conveniente glorificar de manera exagerada a alguien o algo. Entre más discreto es un elogio, mejor será recibido. Por ello, si está de visita en casa de alguien, suele no admirar en voz alta un objeto porque el anfitrión se sentirá obligado a ofrecerlo. Durante mucho tiempo, muchas cosas (agua, tierras, herramientas) eran de uso común a una tribu, un grupo familiar o una vecindad. La ropa y las joyas se prestaban para eventos especiales. Hoy en día, se conserva esta tradición de compartir. Un buen ejemplo es la boda. Representa el día más importante en la vida de una mujer (para los hombres es la circuncisión que ya mencionamos). Durante la fiesta que puede durar hasta tres días, la novia usara hasta diez vestidos diferentes, los cuales no comprará. Se contratará a una Ngefa (o casamentera) que lleva sus propios vestidos y joyas, y ella se encarga de arreglar y cambiar a la novia a lo largo de la fiesta. Otro ejemplo es la comida. No se come en público si no se puede compartir. Además, una costumbre árabe relacionada con la comida es la de siempre poner unos cubiertos de más en la mesa, en el caso de que llegara alguien a comer. También, el anfitrión suele seguir comiendo hasta que terminen sus invitados. De esta forma, los invitados no se sentirán apresurados para terminar. Recibir alguien con demasiado lujos no es conveniente porque demuestra al invitado que es extraño y es una forma de humillarlo. Todo está en la medida. La hospitalidad escandalosa es reprimida porque es una forma de dominación. De este modo, los enemigos serán recibidos como reyes para humillarlos. Como vemos, la generosidad es un valor muy importante para los árabes. Hay un dicho que dice que « el hombre más virtuoso es el que su mujer no tiene que abrir la boca ». Es decir que es un hombre muy detallista que piensa en todo lo que le podría hacer falta a su mujer, así que ella no necesita pedirle nada.


[1] La stratégie culturelle du Monde islamique, Organisation islamique pour l’Education, les Sciences et la Culture
-ISESCO-, 1997 En linea http://www.isesco.org.ma/index.php


*Graduada en Estudios Migratorios en la Universidad de Montreal

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